Tierras de Sepúlveda
Cuna del románico provincial, zona de frontera durante siglos, la comunidad de villa y tierra de Sepúlveda ha ido perdiendo con el tiempo su preminencia en el sur castellano. Sin embargo, sus piedras centenarias siguen deslumbrando al visitante y una lectura más en profundidad nos desvela secretos aún sin aclarar.
De Sepúlveda nos apasiona todo: su enclave, su entorno, su historia, su arte. A sus pies, el comienzo del pequeño gran cañón del río Duratón alberga algunos de los templos más antigos del románico provincial. El románico sepulvedano fue precursor y marcó carácter en villa y aldeas de su alfoz y es sin duda uno de los reclamos con más atractivo en la provincia segoviana. ¿Me acompañas en este viaje? Te propongo dos recorridos que no te defraudarán, así que sigue leyendo 👇
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Un viaje a la Sepúlveda de los Fueros
Todas las comunidades de villa y tierra en las que se dividía el reino al sur del Duero en el siglo XII tuvieron sus fueros, pero hubo una, la comunidad de Sepúlveda, que fue pionera y de la que se conocen los dos que tuvo. Su Fuero breve y el posterior Fuero extenso se conservan en buena medida y representan una joya inapreciable que nos desvela el día a día de los hombres y las mujeres del momento. Por ellos hemos sido capaces de constatar muchas cosas que posiblemente de siempre hemos intuido, pero también aportan información de primera mano sobre la lengua, la administración, la justicia y la organización social del momento.
De los más de doscientos cincuenta títulos que han llegado a nuestros días de este Fuero Extenso, más de una veintena hacían referencia expresa a las mujeres. Aun de forma imperfecta nos sorprende que, en su mayor parte, se les intentara proteger de abusos y agresiones, aunque las fórmulas de protección dejaran mucho que desear a nuestros ojos actuales. En los fueros comprobamos también que vivían a la sombra de los hombres, desde una posición de subordinación, en casi todos los ámbitos de su vida. Que la sociedad medieval fue una sociedad masculina es algo indudable. Fueran laicos o clérigos, nuestra historia lleva claramente el asimétrico sello de su dominio. Las gestas fueron masculinas, pero la sociedad funcionó gracias a ellas, a las mujeres, no lo dudes. Aquí las tienes, en un recorrido temático, esta vez, donde tu eliges donde parar y que visitar.
MUJERES DE TIERRAS DE SEPÚLVEDA
Mientras los hombres hacían la guerra, ellas, además de ocuparse de familia y casa, cultivaban la tierra, cuidaban del ganado y administraban sus dominios, si tenían la suerte de tenerlos, y me agrada pensar que esta labor pudiera haber sido más reconocida que en otros momentos de la Historia, aunque fuera por pura necesidad. Es más, algunas tomaron incluso la iniciativa, ocuparon tierras y se establecieron con pleno derecho. Estos capiteles y canecillos sepilvedanos te muestran mujeres de la villa y las aldeas: casadas o solteras, bien posicionadas o campesinas. También reflejan sus ocupaciones propias del perido, como el hilado.
Si malvivir era ya bastante complicado a causa de
hambruna, la guerra y las constantes epidemias, ellas lo tenían aún más difícil, pues, además estaban sometidas al
varón, fuera su padre, su tutor, su hermano, su amante, su esposo o… incluso su
cuñado. Esto hizo que el mundo de la muger
fuera normalmente muy pequeño, muy restringido, muy limitado: la familia
pareció configurarse en el centro de su vida, su único universo, y a ella se
remitió en cuerpo y alma invirtiendo
en hijos e hijas que funcionaran como un trabajador más desde su más tierna
infancia. ¡Su limitadísima vida social no llegaría más allá de las vecinas de
su aldea!
MUJERES QUE SE EXHIBEN...
No parecen motivos religiosos... pero los encontrarás en multitud de templos del nordeste segoviano. Se hallan sobre todos en los muros exteriores, pero también en pilas bautismales y hasta en el sagrado interior de los templos. ¿Son admoniciones de comportamientos prohibidos? ¿Acaso son incentivos a la procreación en la época de uno de los mayores despoblamientos de la historia castellana? Recuerda, además, que posiblemente cerca de un 40% de la población infantil no alcanzaba los diez años de vida...
DIME LO QUE HACES Y TE DIRÉ QUIEN ERES...
La presencia de una iconografía de marcado carácter sexual en el arte románico es para algunos autores solo un juego de canteros que pretendían dejar su impronta en los templos y, sin embargo, la práctica fue tan extendida por toda Europa occidental que da a pensar que, finalmente, era la Iglesia quien marcaba el programa iconográfico. En él bailarinas, danzantes o juglaresas eran un signo inequívoco del pecado y representaban con sus contorsiones y su vida licenciosa lo prohibido, lo socialmente reprobable.
En la pequeña iglesia de Nuestra Señora de tejadilla, en Ventosilla y Tejadilla, los expertos han creido ver una representación de un prostíbulo: el demonio tentando al hombre al pecado con la mujer pública, que se muestra desnuda.
LA TENTACIÓN TIENE ROSTRO DE MUJER
La iconografía románica bebe de iconos heredados del mundo antiguo, como las arpías o las sirenas en sus dos variantes, de sirenas ave o sirenas pez. Ambas representan a la mujer como amenaza constante, como un instrumento de sensualidad, de tentación, de los vicios, al que el hombre ha de combatir. Aunque existen en variante masculina, la inmensa mayoría tienen rostro de mujer y abundan por toda la geografía segoviana.
LA LUJURIA, ESE ETERNO PECADO...
¿Por qué iba a tener el Fuero de Sepúlveda un artículo titulado Del que se asiere a teta de mujer? Iglesia y Fueros constatan hechos tan actuales como el acoso, el maltrato y la violación y la legislación civil sepulvedana lo estudió y estableció protocolos a seguir.
En la pequeña iglesia de San Esteban, en Aldehuelas de Sepúlveda, hay quien dice que en uno de los capiteles del presbiterio, una mujer parece mostrar un libro, posiblemente el Fuero sepulvedano, a un varón que tiene su pene apresado en lo que parece un cepo. ¿Es un hombre castigado por su lascivia no controlada? Echa un vistazo a ver que opinas.
Para el hombre medieval el sexo no era algo privado porque la inmensa mayoría de las familias, aldeanas, vivían en humildes chozas donde convivían familia y ganado. El sexo formaba parte de la vida cotidiana y así se representa en el románico. Las mujeres eran normalmente casadas, aunque en casos se distingue alguna soltera por su melena suelta. desgraciadamente en tierras de Sepúlveda, la erosión nos impedirá conocer su estado civil.
También se recoge el castigo como verás en la tercera imagen, donde una mujer es devorada por serpientes.
EN POSITIVO...
Sentimientos como el amor o virtudes como la sabiduría quedan también plasmadas en la piedra sepulvedana. En algunos canes dos figuras comparten esñ reducido espacio como dando la impresión de indisolubilidad.