Femenino plural
Esta web, romanicoenfemenino, busca dar a conocer el patrimonio cultural y artístico de las tierras de Segovia, de sus zonas rurales, a través de rutas temáticas basadas en la presencia femenina en sus templos románicos, siempre desde una perspectiva sociológica, etnográfica y profana, normalmente menos trabajada y más desconocida.
Interpretando la historia de las mujeres a través de la piedra
La reconstrucción del pasado no fue nunca ni fácil... ni popular. Nunca estará en los "top 10" ni será seguida por millones de fans en las redes sociales. Sin embargo, además de aburridos documentos notariales, diplomas o fueros medievales, el testimonio gráfico aporta, quizás, un poco de color a una historia a veces tediosa y frecuentemente ignorada de esa malparada Edad Media.
Y es que, en nuestras humildes iglesias y ermitas rurales, podrás constatar la imagen que proyectaban las mujeres en la sociedad medieval atendiendo a la moda del momento. Un verdadero reportaje gráfico y gratuito que puede que, en algún momento, llegue a interesarte... En él, un repertorio de mujeres, cada vez más erosionadas, nos siguen hablando desde sus asientos en piedra y desde lugares muy concretos de los templos románicos de nuestros pueblos y aldeas. En ellas podrás reconocer estilos, modas, formas de vida o filosofías que, con ayuda de esta pequeña guía de interpretación que te presento a continuación te desvelarán alguna de las posibles claves para interpretarlos.





Por ello, si te fijas en arquivoltas, capiteles, cimacios, canecillos y metopas o incluso pilas bautismales, podrás descubrir:
¡Retratos de mujeres!
Las mujeres, físicamente representadas, son minoritarias en la iconografía románica, a excepción de la Virgen y la representacción de lo sagrado. No obstante tienen cabida en una gran mayoría de nuestros templos, con un papel secundario, tal como sucedía en su vida real. La sociedad medieval estigmatizó frecuentemente a la mujer asociando su figura a la Eva bíblica, traidora y pecadora, y es por ello que su representación en el románico no siempre porta connotaciones positivas.

- Rostros de mujeres que trabajan, leen, bailan, sonríen, se mofan, muestran sus miedos, sufren o simplemente miran pasar la eternidad, cada día más desgastados por el tiempo. Gracias a ellos, somos capaces de imaginar a la mujer incluso en su aspecto físico: las casadas con sus tocas, las doncellas con su cabello suelto, las damas de alta cuna con sus ricos ornamentos o las humildes aldeanas con sus sencillas túnicas o sus instrumentos de trabajo… Prácticamente todos los templos rurales segovianos con decoración figurativa muestran algún "retrato" femenino.
- Mujeres condicionadas por el primer pecado, el de Eva, y eternamente responsables del mismo para el mundo medieval; por ello, la figura femenina en el románico se convierte en una de las claves para entender, además de otros, uno de los pecados más recurrentes de la humanidad, la lujuria. Desnudos, exhibiciones, tocamientos y sexo explícito adornan capiteles y canecillos de nuestro románico rural. Además de Fuentidueña, reconocerás sexo explícito en Sequera de Fresno, Sotillo, Pecharromán, Sotosalbos y otros lugares del nordeste provincial.

- En sentido más negativo que positivo, mujeres desarrollando actividades profesionales de dudosa moral, como era el caso de las juglaresas, bailarinas, contorsionistas o saltimbanquis, se asociaban asimismo al vasto catálogo de conductas pecaminosas e incluso a la prostitución encubierta. Pecharromán, El Olmillo, Otero de Herreros o Duratón son algunos de los lugares donde podrás reconocer escenas juglarescas de este tipo.
Muchos diplomas, o documentos jurídicos medievales, nos aportan pistas más que interesantes sobre la vida de estas mujeres, sus vínculos familiares, sus derechos legales y fiscales, su papel social y religioso... su aportación innegable a la construcción de una nueva sociedad.
El más cercano a nosotros, los Fueros de Sepúlveda, un documento clave para comprender el papel de la mujer en la Plena Edad Media.
Metáforas femeninas
Con fuertes referencias a los Clásicos, la mujer convertida en símbolo o metáfora es un tema mucho más recurrente en nuestro románico que su mera representación física. Las referencias implícitas y explícitas a la mujer fueron notables, adoptando formas imposibles, no humanas, en las que normalmente se conservaba un rostro femenino, asociado normalmente al pecado, mientras que el cuerpo se completaba con atributos animales que representaban por lo general, y salvo excepciones, los instintos más perversos y las más bajas pasiones. Aquí tienes algunos ejemplos.
- Arpías con cuerpo de ave, grandes garras o pezuñas de cabra o cola de serpiente y una cara femenina (raramente masculina) con gesto amenazante. En general aparecen con su cabello a la vista o con capucha o gorro frigio, cuerpo de ave, alas cerradas o desplegadas, y cola de serpiente. Simbolizan las bajas pasiones y los remordimientos. Son mayoría los templos rurales con decoración que nos asombras con una rica variedad de arpías.

- Las sirenas pez, con cola doble o sencilla o sus homólogas, las sirenas ave o sirenas pájaro, representan la seducción y el engaño que ya La Odisea describía. Las sirenas puede que sea la figura femenina más recurrente en el románico provincial en sus dos variantes. De ellas, las sirenas ave, con rostro femenino, cuerpo de ave y patas o pezuñas, no transmiten agresividad en sus rostros, a diferencia de las arpías, con las que suelen confundirse.
- Centaurides (muy raro), con rostro, torso y brazos humanos, y abdomen y patas de caballo. Representan la fuerza bruta y, por ello, se representan en ocasiones persiguiendo a las arpías. Tan solo la encontrada en Fuentidueña tiene rostro femenino y parece alejarse de la definición varonil de esta figura al estar amamantando a un niño.

- Las gorgonas eran despiadados monstruos femeninos con serpientes en lugar de cabellera, que suelen navegar entre un cinturón de serpientes entrelazadas.
- Como no hay sombra sin luz, las esfinges tenían normalmente cabeza e mujer y cuerpo de león, mantenían las alas y, para variar, contenían un significado positivo relacionado con la justicia y la sabiduría.
- Las lamias eran mujeres muy hermosas con cuerpo de serpiente o incluso de dragón, que poseían una alto poder de seducción y pasaron por "asustadoras" de niños. Se dan sobre todo en el norte de España, donde, incluso, se representan como las sirenas románicas castellanas, con cola de pez.
Además del desnudo, la provocación o el sexo explícito, el románico jugó, como ves, con símbolos y metáforas; allí las referencias implícitas a la mujer fueron notables y la mitología se convirtió así en la fuente de inspiración de un buen repertorio de fantasías y erotismo donde convivían seres imposibles de rostros femeninos, de los que arpías y sirenas, por su abundancia, sobrepasaron claramente en número a las representaciones "tradicionales" de la mujer en nuestra tierra.